jueves, 8 de julio de 2010

Comiendo más azúcar y casi dejando el vinagre

No deja de sorprenderme el cambio de perspectiva
y como no estoy acostumbrado a que me mires detrás de mechones castaños rebeldes de tu flequillo
y de como un domingo cualquiera ya no sé ni qué hora es
y de lo delicioso que puede llegar a ser que me hagas reir con los pies subidos a la pared.

En mi vida había visto tanto brillo en tus ojos.
Jamás había estado tan desconcertado con tu comportamiento,
con tus travesuras,
ni había fantaseado tanto contigo en mis sueños
y en mis no tan sueños.

Creo que nunca te voy a escribir un papel intentando torpemente plasmar cada sensacion que nace a las caricias de tu nariz.

Ya sabes que a mi lo que me va es tumbarme en el suelo y decirte con la mirada todas esas cosas que no suelo decir.


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