martes, 19 de febrero de 2013

Esto es una locura


Había gastado la noche erizando la piel de tu espalda y sincronizando mi respiración con el vello de tu nuca. Aun sentía tu pulgar acariciándome la mejilla y los dedos en travesía por mi cintura, viento en popa a toda vela, rumbo norte, en cálido tacto ascendente por la espalda, en busca de puerto donde atracar.
 No sé en qué momento decidimos que besarnos lento era la mejor idea. Demasiado atrayente, siempre inevitable, como un campo de fuerza magnético del que no pudiera separarme…
Somos dos desconocidos jugando a querernos. Reconozco mi adicción al modo en que rompes mis esquemas, a cómo no te cuesta nada sacar mi otra yo; sin complejos, sin frustraciones...Mi único foco de concentración es la huella de tus labios en el espacio entre mi clavícula y mandíbula. Sigo sonrojándome si me doy cuenta de que me desnudas con la mirada antes de que me dé tiempo a hacerlo yo. Es una travesura más. Es encenderme a palabras a media luz, arrastrarme al nivel crítico de mi autocontrol para luego dejarme caer. Abandonar todo rastro de cordura, guardando la ternura en un cajón para más tarde y dejar que el tacto entienda por mí…
Le deseo…y él lo sabe

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