martes, 4 de noviembre de 2008

dos copas...dos velas

Son las diez en punto.
No ha podido esperar más para acudir a la cita. Lo sabe, y se reprende a sí misma pensando que tenía que haberse hecho más de rogar, pero la impaciencia ha podido con ella hacía horas.
Llama a la puerta.
Por un momento sus nervios desaparecen y se pregunta por qué no se ha desmayado ya, pues no siente nada de cuello para abajo.
Procura calmarse, pero sus manos aferran con fuerza el bolso.
Viste elegante, pero al mismo tiempo informal. vestido negro un poco por encima de las rodillas, de tirantes no demasiado finos; medias oscuras, aunque no muy tupidas, zapatos negros de tacón bajo; una pequeña chaqueta, pues la noche ha traido algo de fresco al bochorno que ha ocupado todo el día; pelo suelto; apenas maquillaje, tan solo un poco de colorete y brillo de labios y un bolso, ni grande ni pequeño.
Solo han debido de pasar siete segundo desde que ha llamado, pero le están pareciendo una eternidad. Se abre la puerta y ahí está él.
Camisa blanca, vaqueros negros, zapatos y su eterna sonrisa.
Parece sorprendido por la extrema puntualidad de ella y rapidamente la invita a pasar.
La casa es acojedora. Ni muy grande, ni muy pequeña. Está pintada en tonos crema y el ambiente es cálido. La luz está ligeramente atenuada.
Pasan al salón. Hay mesa para dos, dos velas, dos copas y el vino está enfriándose.
De fondo suena alguna melodía de jazz.
Sonrie

1 comentario:

BloodGhost dijo...

:)
me encanta..pero me has dejado ..ains nos e como decirte :)
te quiero :***