domingo, 9 de mayo de 2010

Primero tú, luego yo.

Mientras una niña presumida se peinaba el flequillo en el reflejo de sus gafas de sol, un niño se acercó a ella por la espalda, envolviéndola con sus brazos, atontando con el olor de su piel sus sentidos.
Con los ojos cerrados y una sonrisa serena, ella volvió el rostro y se besaron.
Después de diez largos e interminables días.

1 comentario:

BloodGhost dijo...

Que bonito es que te roben un beso sin esperarlo....
(: