lunes, 24 de mayo de 2010

Si me dejas esta noche

Apoyada así, desnuda sobre tu pecho, recogida entre tus brazos y tus piernas, como todas aquellas veces en las que me sentí pequeña, protegida y especial.
Llevo la cuenta de todos los besos que te debo. Todos y cada uno.


Fresca, divertida.

Como "robarte" la ropa, cuando me mirabas desde la cama caminando por el pasillo y las veces que lo hicimos a las cuatro de la tarde, y a las cinco, y a las ocho; después de todo el día esperando.


Cuando te miro ahora y te mete mano todo mi pensamiento, de una punta a otra, en mundos separados, pero unidos por el nuestro. Un poco similar a Romeo y Julieta. Quizás yo más Capuleto que tu Montesco; pero basta que te prohiban una manzana en concreto para que esta sea la que más brille de todo el árbol.



Que dejen hablar a los ojos, que se expresan más y mejor que las palabras.
"Aquí hay feeling", recuerdo que dijo alguien una vez.
Es más que eso y lo sabemos.
Se nota en los "Hola" y en los "Hasta luego". Se nota en los sueños conjuntos y esas miradas.
Bendita maldición la tuya. Y la tensión sexual no resuelta y los besos anhelantes, y la puerta abierta y el murmullo de las sobremesas de otros pisos y lo temerario y el "no-puedo-más".



















Un día lo hicimos en el rellano de las escaleras.

Sin más.


"¿Te quedas a dormir esta noche?"

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